miércoles, 23 de diciembre de 2009

EL DIA QUE DOCTOR DOOM DERRMO LÁGRIMAS.

Una medida de las compañías de historietas para obtener atención en sus productos es favorecer una causa que una mayoría del publico consumidor, ocasional y fiel, aprueba, allí vemos dentro del comic, una manifestación que esta relacionada con eventos de la vida real, los que leyeron EL SEÑOR HOMBRE ARAÑA VA A WASHINGTON, pueden saber a lo que me refiero. Ahora ocupémonos de “el llanto del latveriano.”
Los editores de Marvel Comics quisieron hacer un tributo a los caídos por un ataque terrorista a la ciudad de Nueva Cork que sucedió el 11 de Septiembre del 2,001 destruyendo el Centro de Comercio Mundial (conocido por muchos como “las Torres Gemelas”) y decidieron que el héroe más representativo de la ciudad –y conocido mundialmente- fuese quien protagonizara mesuradamente este evento en EL SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA #36 por J. Michael Straczynski y John Romita Jr. El publico lector del extranjero se compadeció de la gente que sufrió ese “11-9,” pero el numero tuvo un efecto que polarizó a sus lectores de su propio país, hasta el día de hoy, una mitad piensa que fue una sincera muestra de respeto y la otra mitad piensa que se trivializó lo acontecido al incluir súper héroes dentro de la historia.
Probablemente, la pagina que más controversia desata en la historia fue en donde se mostraban un grupo de súper villanos observando el trabajo de rescate, todos en actitud muy sombría. En el ultimo panel, todos vemos un primer plano de los ojos del Doctor Doom, todos lo vemos llorando. Esta escena es la que ha hecho historia, para bien y para mal. Con el paso de los años, Straczynski ha estado discutiendo en muchos medios de comunicación, los temas que los fanáticos del Hombre Araña lo culpan por arruinar y disminuir su credibilidad, como los hijos de Gwen Stacy ó sus guiones sobrenaturales de “Un día Más,” que analicé en SPIDER-MAN: FIN DE SU MATRIMONIO Y OTRAS ALTERACIONES, él ha declarado que NO fue su decisión hacer llorar al malvado latveriano, sino que fue Romita junior quien tomó la dirección de hacer a Doom y los otros villanos, que se vieran “sombríos” y que el dibujante decidió hacer llorar a Doom. Junior a su vez, declaró que Straczynski le permitió escoger cualquier villano Marvel para ponerlo en la escena, pero Doom OBLIGATORIAMENTE tenia que estar ahí.Siempre entrevistado sobre el asunto del llanto, Romita junior dijo: “llámenlo simbolismo ó una metáfora, cualquier cliché puede ser usado, pero mi posición fue que todos estábamos sacudidos, bien o mal ¡¡todos nosotros!! Así que sí el número 36 le esta golpeando sobre la cabeza con el martillo simbólico… ¡que así sea! Sí fue manejado descuidadamente… ¡excelente! ¡Yo fui parte de eso y estoy orgulloso! eso me emocionó y todavía lo hace. Es algo que ya se habló… ¡y todavía se sigue hablando! Si se toman literalmente, todos los comics son ridículos. Todos nosotros suspendemos la realidad por unas cuantas horas, todos los días…para divertirnos, las historietas son maravillosas. Para llegar a este punto opuesto a aquellos que no ven a Dan Rather (comentarista-narrador de noticias de televisión estadounidense) esto fue efectivo. Para ser puesto bajo un microscopio, de manera que tenga que ser ridículo. No eran Doc Doom y otros villanos en la zona cero, como tampoco no era un jovencito llorando por su padre fallecido. Eso fue una representación…un símbolo…una metáfora por los sentimientos y pensamientos verdaderos. Esto fue, si perdonan lo azucarado de mi parte, los corazones y almas de JMS y míos, sobre esas paginas. Yo ni siquiera me avergoncé al pensar sobre esos personajes estando en ese sitio. Para mi eso tenia sentido. Esta especie de efectos de terror, cobardes e indescriptibles en todos nosotros… ¡todos nosotros! Yo no quería decir…‘¡anímate!’ yo quería que todos se concentraran en lo que paso el 11/9. ¡No olviden…nunca lo olviden! ¡Yo espero que yo no les este poniendo una zancadilla para deprimirlos por este maldito melodrama!”
Los lectores estadounidenses que se quejaban de JMS por las lágrimas del latveriano, ahora se quejan de Romita junior. Lo legítimo de la queja es que la imagen hubiera funcionado mejor SIN el llanto. La manera que Straczynski originalmente la escribió. Nada más. Concentrémonos solo en lo del lloriqueo, por ahora.
Uno puede ver lo que Junior piensa y se comprende su decisión, al mismo tiempo, como lectores y compradores, se nos permite estar de acuerdo ó no con él. Pero, de todas las herramientas artísticas y literarias a su disposición ¿por qué el hijo de John Romita escogió hacer llorar al rey tirano de Latveria? El infame Doom no tiene reparos en tomar vidas inocentes ó culpables. Uno no puede culpar a la gente que paga buen dinero para leer los comics de Marvel durante años y conoce al peor enemigo de la humanidad, para verlo llorando ¿por qué un edificio ha sido destruido con gente en su interior? Eso esta fuera del personaje ¿Cuántas veces no ha hecho cosas peores que eso? Algo más dentro de la línea con sus personalidades de Doom, Magneto y todo villano presente (ó ausente pero enterado de la tragedia) estarían sonriendo, riendo y felicitando al líder terrorista por un trabajo bien hecho, todos celebrando en algún lugar oculto. Y Doom se pondría a llorar por mal perdedor, porque a él se le adelantaron con la idea y le quitaron su galardón de mejor villano de ese año. Si Joe Quesada ó alguien en la oficina editorial se hubieran avivado y hecho llorar a Kingpin, el Rey del Crimen, en vez de Doom, tal vez habría una leve mejora en la aceptación estadounidense. El voluminoso Wilson Fisk es neoyorkino (hasta se enfrentó a las fuerzas del Cráneo Rojo por la amenaza que representaba a su país) él es un hombre de negocios criminal, pero es un hombre de negocios criminal estadounidense. Aun con su malvada actitud, él considera a Nueva Cork como “SU” ciudad. Hubiera tenido más sentido que llorara Kingpin, quizás Magneto, pero no habría sido comercialmente impactante. Magneto ya ha llorado antes y Fisk estima a su manera a la ciudad, para los editores eso no afecta mucho para conseguir atención del consumidor. Ver el llanto sincero de un héroe hubiera tenido mucho más sentido. Eso hubiese sido más conmovedor y motivador, como cuando la Cosa estaba lloroso durante LA MUERTE DEL CAPITAN MARAVILLA de Jim Starlin. Ver llorar a Doom -Ruina, Condenación, Juicio Final, Destino y todos esos sinónimos negativos- NO TIENE SENTIDO. Maldad es maldad, punto. Y maldad de gran magnitud estaría probablemente riendo ante la consternación. Es una norma mundial en nuestra sociedad que las personas se quejen con la esperanza que esas quejas sean escuchadas y se mejoren las cosas, en este caso, las narraciones que se realizaran en el futuro. Al menos, eso es lo que muchos ven desde su punto de vista. Las críticas se aplican a cualquier clase de historias, incluyendo la del 11/9. Algunos en la industria del comic estadounidense, piensan que porque la historia a tratar es seria ó de un tópico controversial y que contenga simbolismo, debe estar más allá de todo reproche. Dr. Doom llorando en los escombros y parado junto a un grupo de otros súper villanos melancólicos es un claro ejemplo de sentimentalismo-depresión. Aquí no se desaprueba la escena por no entender lo que esta sucediendo (“Mmm, ¿Doc Doom lagrimeando? ¡Alto ahí! Dr. Doom no llora nunca ¡así que eso debe significar que el 11/9 es triste para todos, hasta para los chicos malos!”) No es una ilación difícil para dibujar. Se entiende porque los involucrados hicieron lo que quisieron, ellos estaban conmovidos por la situación, pero la escena continúa siendo un pedazo pésimo de narración. Fue estrepitosa y tediosamente manejado –editorialmente hablando.
Los lectores no deberían sentir imposición sobre sus emociones (en especial a los lectores estadounidenses, cuando les imponen tristeza al mencionarles el 11/9) más bien, las emociones deberían surgir naturalmente desde la historia.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.

No hay comentarios: